ECaminamos inexorablemente hacia una catástrofe económica global de consecuencias imprevisibles.
No. En absoluto es catastrofismo. Ojalá esté equivocado, porque no es posible que los gobiernos de los países mas poderosos del planeta no actúen con la urgencia y las medidas necesarias para parar este cataclismo económico que estamos comenzando a vivir.
Algunos están confundiendo las fortísimas minusvalías de los mercados con el problema y aquellas no son otra cosa que las consecuencias de una complejisima suma de errores que tienen un origen común y que se cataliza con la globalización de la economía en tiempo real a través de la red.
Si todo el mundo desde Australia a España, pasando por Alaska clika el ratón a la vez con ordenes de venta, estaba el sistema organizado para esto?
Si los derivados se inventaron para dar cobertura a las commodities, cuando existe una caída en vertical de los mercados y todos los fondos desde Singapur a Nueva York pasando por Londres se ponen cortos con todo tipo de derivados, es capaz el sistema de soportarlo sin asistir a su destrucción?
Si medio planeta financiero se pone a conceder créditos al 3 %, sin mirar ni a quien ni para qué, y en cuestión de 2 años suben los tipos al 6 %, se puede sosrprender alguien de los impagos?
No suponía esto una bomba de relojería contra el sistema?
Como puede el Banco Central Europeo subir el tipo de referencia hace pocos meses cuando los europeos ya no podían devolver los creditos?
Si en lugar de declarar los activos que iban a fallar, se empaquetan y se colocan en el mercado como si fueran activos excelentes y se dispersan por el mundo como bombas de racimo, es que alguien se puede sorprender de las consecuencias?
Los efectos secundarios como el paro y los conflictos sociales pueden alcanzar dimensiones nunca vistas en la era moderna.
Francamente muchas de las cosas que se han hecho parecen realizadas por terroristas que querían la destrucción del sistema.
Las medidas a adoptar tienen que ser acordes a la dimensión de problema y con urgencía extrema.
Mañana será tarde.
No es posible que lo vea el más tonto de la clase y que los responsables del mundo se dediquen a preparar cumbres para el 15 de noviembre.